Lo único sobre lo que tenemos un control absoluto
son nuestros pensamientos. Son el único medio del que disponemos para controlar
nuestro destino. No permitas que nadie, incluido tú, envenene tu mente. Las
personas te dirán lo que no puedes hacer o lo que no puedes lograr. La mente es
capaz de producir cualquier cosa que la propia mente pueda concebir y creer. El
control mental es el resultado de la autodisciplina y el hábito. O controlas tu
mente o esta te controla. No hay compromisos ni términos medios. El método más
práctico de todos para controlar la propia mente es el hábito de mantenerla
ocupada con un propósito definido, apoyado en un plan concreto.
Para aplicar cualquier filosofía con éxito uno
debe de estar preparado para recibirla. La preparación empieza con el estudio,
el análisis y la comprensión de los tres enemigos que necesita eliminar de su mente, la indecisión, la duda y el temor.
El sexto sentido nunca funcionará mientras estos tres elementos negativos
continúen en tu mente. Estos elementos se encuentran estrechamente relacionados.
La indecisión es la semilla del temor. La indecisión se cristaliza en la duda y ambas
se mezclan convirtiéndose en el temor. Las tres germinan y crecen sin que su
presencia sea detectada.
Los temores no son más que estados de la mente.
El estado de la mente de cada cual se haya sometido a control y dirección. El
hombre no puede crear nada que no haya concebido previamente a través de un
impulso de pensamiento, sea voluntario o involuntario. Estos se trasladan a su
equivalente físico. Todo ser humano tiene la habilidad de controlar su propia
mente por completo y con ese control puede abrir su mente a los impulsos de
pensamiento emitidos por otros celebros. Todo lo que el hombre crea se inicia
en un pensamiento. Podemos llegar a dominar el temor.
El estado mental es creado. Los temores son
estados mentales y los creamos nosotros mismos. Los temores son suficientes
para destruir las posibilidades de alcanzar los logros deseados para cualquier
empresa. Los temores paralizan la facultad de razonamiento, destruye la
facultad de la imaginación, elimina la confianza en sí mismo, socaba el
entusiasmo, desanima la iniciativa, conduce a la incertidumbre de propósito,
estimula la dilación, elimina el entusiasmo y convierte al autocontrol en una
imposibilidad. Le arrebata a uno el encanto de la personalidad, destruye la
posibilidad de pensar con exactitud, distrae la concentración del esfuerzo,
domina la perseverancia, reduce la fuerza de voluntad, destruye la ambición,
ensombrece la memoria, invita al fracaso en toda forma concebible, mata el amor,
desaniman la amistad, conduce al insomnio, invita al desastre, la miseria y la
infelicidad. Y todo ello viviendo en un mundo de abundancia de todo. La emoción
del temor se haya tan sutil y profundamente enraizada, que uno puede pasar por
la vida sobrellevándolos sin llegar a reconocer jamás su presencia.
LOS SEIS TEMORES BÁSICOS
1.- Temor a la pobreza. Es el temor más destructivo de los seis temores
básicos. Es el mas difícil de dominar. Se debe a la tendencia heredada de
devorar económicamente a los demás. Nada produce tanto sufrimiento y humillación
al hombre como la pobreza.
Sintomas al temor a la pobreza:
Suele expresarse a través de una falta de
ambición. De una predisposición a tolerar la pobreza. De una aceptación sin
protestar de toda aquella compensación que la vida pueda ofrecer. De una pereza
mental y física. De una falta de iniciativa, imaginación, entusiasmo y
autocontrol.
Indecisión. El hábito de permitir que los demás piensen
por uno. El de mantenerse al margen.
Duda expresada generalmente por medio de justificaciones y excusas
diseñadas para encubrirse. Rechazar con explicaciones o disculpar los propios errores
lo que a veces se expresa en forma de envidia hacia aquellos que han alcanzado
el éxito o bien se los critica.
Tendencia a gastar más de los ingresos propios,
descuido del aspecto personal, la burla y el fruncimiento de cejas, la
intemperancia en el uso de bebidas alcohólicas y narcóticos, nerviosismo, falta
de severidad y autoconciencia.
Precaución excesiva. Costumbre de mirar el lado negativo de toda
circunstancia, de pensar y hablar de posible fracaso, en lugar de centrarse en
los medios para alcanzar el éxito. Se conocen todos los caminos que conducen al
desastre pero nunca se buscan los planes precisos para evitarlo. Se espera el
momento adecuado para empezar a poner en acción ideas y planes hasta que la
espera se convierte en un hábito permanente. Se recuerda a aquellos que han
fracasado y se olvida a los que han tenido éxito. Se ve el agujero del donut y
no el donut.
Dilación. La costumbre de dejar para mañana aquello que
se debería haber hecho el año anterior. Pasarse mucho tiempo buscando
justificaciones y excusas para no realizar lo que tenemos que hacer.
La negativa a aceptar la responsabilidad
siempre que esta se pueda evitar. Evitar el
compromiso. El comprometerse con las dificultades en lugar de dominarlas y
utilizarlas como peldaños para seguir subiendo. El intentar conseguir gangas de
la vida en lugar de exigir prosperidad, opulencia, riquezas, satisfacción y
felicidad. Planificar lo que hay que hacer solo cuando se ha producido el
fracaso en lugar de quemar todas las naves y hacer que la retirada sea
imposible.
La debilidad
de la confianza en uno mismo y a menudo la total ausencia de la misma, así
como de la definición de propósito, autocontrol, iniciativa, entusiasmo,
ambición, frugalidad y una sana habilidad para el razonamiento. El esperar la
pobreza en lugar de exigir la riqueza. El asociarse con aquellos que aceptan
pobreza y no buscar de quienes exigen y reciben la riqueza.
Millones de personas se encuentran paralizados
por el temor a la pobreza.
2.- Temor a la crítica. El temor a la crítica es uno de los temores
básicos y nos vemos influidos por el. Hemos heredado una consciencia que nos
hace temer la crítica. El temor a la crítica priva al hombre a la iniciativa,
destruye su poder de imaginación, limita su individualidad, le quita la
confianza en sí mismo y daña de formas diferentes. Los padres a menudo hacen un
daño irreparable a sus hijos cuando los critica. A menudo los parientes más
cercanos son los que peor ofenden. Suele producir complejos de inferioridad a
través de la crítica innecesaria. La crítica implanta el temor en el corazón
humano o el resentimiento pero no construye ni el amor ni el afecto.
Síntomas al temor a la crítica: El temor a la crítica es casi tan universal
como el temor a la pobreza y sus efectos igual de fatales para el logro
personal. Sobre todo porque destruye la iniciativa y desanima el uso de la imaginación.
Sus principales síntomas son:
Timidez: Suele ser expresada por medio del nerviosismo,
la timidez en la conversación y en el encuentro con personas extrañas, el
movimiento extraño de las manos y de los pies, el desplazamiento de la mirada.
Falta de serenidad: ausencia de control en la voz, nerviosismo en
presencia de otro, postura deficiente del cuerpo. Memoria pobre
Personalidad: escasa firmeza en las decisiones, falta de
encanto personal y de habilidad para expresar opiniones definidas. Costumbre de
soslayar los temas en lugar de afrontarlos de manera directa. Estar de acuerdo
con otros sin haber examinado sus opiniones con cuidado.
Complejo de inferioridad: costumbre de expresar autoaprobación por medio
de la palabra y de las acciones como un medio de ocultar una sensación de
inferioridad. Utilizar palabras grandilocuentes para tratar de impresionar a
los demás a menudo sin conocer si siquiera el significado de lo que se dice.
Imitar a otros en la ropa, el discurso y las actitudes. Fanfarronear de logros
imaginarios. Esto produce a veces una imagen superficial de sentimiento de
superioridad.
Extravagancia: costumbre de intentar mantenerse a la altura de
los demás gastando mucho más de lo que se ingresa.
Falta de iniciativa. Fracaso para aprovechar las oportunidades para
el progreso propio. Temor a expresar opiniones.
Falta de confianza en las propias ideas. Responder de forma evasiva a los superiores.
Vacilar en la actitud y en el discurso. Engañar en las palabras y en los
hechos.
Falta de ambición. Pereza mental y física. Falta de
autoafirmación. Lentitud para tomar decisiones. Dejarse influir con excesiva
facilidad. Criticar a los demás a sus espaldas y alagarlos cuando están
delante. Aceptar la derrota sin protesta o abandonar una empresa cuando se
encuentra con la oposición de otros. Sospechar de otras personas sin causa
alguna. Falta de tacto en la actitud y en discurso. No estar dispuesto a
aceptar la responsabilidad de los propios errores.
3.- Temor a la enfermedad. El temor del hombre a la enfermedad procede de
las terribles imágenes que se han implantado en su mente acerca de lo que puede
suceder si la muerte le llega. También
la teme por la carga económica que puede representar. Muchas personas sufren de
hipocondría. Se ha demostrado que el temor a la enfermedad aun sin causa en
ocasiones produce los síntomas físicos de la enfermedad temida. La mente humana
es muy poderoso, construye y destruye. La semilla del temor a las enfermedades
anida en cada mente humana. La preocupación, el temor, el desánimo, la
desilusión en el amor y en el fracaso en los negocios permite que esta semilla
germine y crezca. Las desilusiones en los negocios y en amor se encuentran a la
cabeza de la lista de causas de temor a la enfermedad.
Síntomas al temor a la enfermedad:
Autosugestión: El hábito del uso negativo de la autosugestión
que se dedica a buscar y espera encontrar los síntomas de toda clase de
enfermedades, disfrutar de enfermedades imaginarias y hablar de ellas como si fueran reales. El hábito de probar
todas las manías y modas recomendadas por los demás: Considerándolas como algo
que tiene valor terapéutico. Hablar a otros de operaciones, accidentes y otras
formas de enfermedad. Experimentar con dietas y ejercicios físicos y sistemas
de reducción de peso sin guía profesional. Probar remedios caseros,
medicamentos y remedios de charlatanes.
Hipocondría: El hábito de hablar de la enfermedad
concentrando la mente en ella y esperando su aparición, hasta que se produce un
colapso nervioso. Se produce como consecuencia de un pensamiento negativo y la
curación se logra mediante pensamientos positivos.
Ejercicio: El temor a la enfermedad interfiere a menudo
con un ejercicio físico adecuado y tiene como resultado el exceso de peso y
haciendo que uno evite hacer la vida al aire libre.
Susceptibilidad: El temor a la enfermedad quiebra la resistencia
natural del cuerpo y crea en él un estado favorable para cualquier forma de
enfermedad que uno pueda estar en contacto.
Auto consentimiento: Hábito de buscar un poco de simpatía con el
señuelo de una enfermedad imaginaria. Hábito de fingir una enfermedad para
justificar la pereza o para hacerla servir como una justificación de lo que
solo es falta de ambición.
Falta de moderación: Hábito de consumir alcohol o drogas para
mitigar dolores de cabeza, neuralgias, etc. en lugar de buscar y de eliminar la
causa.
El hábito de leer sobre la enfermedad y
preocuparse por la posibilidad de contraerla
4.- Temor a la pérdida del amor. La fuente original de este temor surgió del
hábito del hombre del ánimo de robarle la compañera a su semejante o de tomarse libertades con ella cada vez que
podía. Los celos y otras formas similares de neurosis surgen del temor heredado
del hombre a la pérdida del amor de alguien. Este temor es el más doloroso de
los seis temores básicos.
Síntomas al temor a la pérdida del amor:
Celos: El hábito de sospechar de los amigos y de las personas queridas sin
ninguna evidencia razonable.
Motivos suficientes: El hábito de acusar a la pareja sin motivo
alguno.
La sospecha de todo el mundo en general
sin tener fe en nadie.
Descubrir imperfecciones: El hábito de descubrir imperfecciones en
amigos, parientes, asociados en los negocios y personas amadas a la menor
provocación, o sin causa que lo justifique.
Juego: El hábito de jugar, robar, engañar y aceptar cualquier otra
oportunidad de riesgo con el propósito de conseguir dinero para la persona
amada en la creencia de que el amor se puede comprar.
El hábito de gastar mucho más de lo que se ingresa o de incurrir en deudas para
proporcionar regalos a la persona amada con el objeto de brindarle una imagen
favorable.
Insomnio, nerviosismo, falta de
perseverancia, debilidad de voluntad, falta de autocontrol, falta de confianza
en sí mismo, mal carácter.
5.- Temor a la vejez. Este temor surge de dos fuentes. Del
pensamiento de que la vejez puede traer consigo la pobreza, debido a la
desconfianza hacia sus semejantes que pueden arrebatarle todas sus posesiones
mundanas. De las terribles imágenes que hay en su mente acerca del más allá y
de la posibilidad de la mala salud que se incremente a medida que la gente
envejece. El erotismo también forma parte de una de las causas del temor a la
vejez, ya que se ve disminuida la atracción sexual. La causa más común a la
vejez está asociada al temor a la pobreza. Otra causa es el temor a perder la
libertad y la independencia.
Síntomas al temor a la pérdida del amor:
Complejo de inferioridad: El descuido personal a causa de la edad.
Hábito de hablar de uno mismo como pidiendo
disculpas por ser viejo. En lugar de expresar gratitud por haber alcanzado la
sabiduría y la comprensión.
Hábito de matar la iniciativa, la imaginación y
la confianza en sí mismo al creer falsamente que se es demasiado viejo para
ejercer esas cualidades.
La costumbre de la persona de 40 años que se
viste con el propósito de intentar aparentar más joven y que actúa con las
formas aceptadas por los jóvenes
6.- Temor a la muerte. En otras épocas más oscuras se asociaba la
muerte con un proceso doloroso y eterno, a no ser que la fe y una vida de
acuerdo la creencia lo impidiera. En la actualidad, a través de la ciencia, la
muerte se ha naturalizado. El mayor de todos los remedios frente al temor a la
muerte es el ardiente deseo de alcanzar logros apoyado por la realización de un
servicio útil a los demás. En ocasiones se asocia el temor a la muerte con el
temor a la pobreza cuando se piensa que la propia muerte puede dejar a los
seres queridos en la pobreza. En otros casos se debe al temor a la enfermedad y
el consiguiente desmoronamiento de la resistencia física del cuerpo. Las causas
más comunes del temor a la muerte son enfermedad, pobreza, falta de ocupación
apropiada, desilusión amorosa, demencia, y fanatismo religioso.
Síntomas al temor a la muerte:
Complejo de inferioridad:
Costumbre de pensar en la muerte antes que
en obtener lo máximo de la vida. Causado por
la falta de propósito, falta de ocupación adecuada.
LA PREOCUPACIÓN
Es un estado mental basado en el temor.
Funciona con lentitud, pero es insistente, insidiosa y sutil. Paso a paso se
abre hasta que paraliza la facultad de racionamiento, destruye la confianza en
sí mismo y la iniciativa.
La preocupación es una forma de temor sostenido
causado por la indecisión. En consecuencia se trata de un estado mental que es
posible controlar. La indecisión hace que la mente sea desequilibrada. Una
mente desequilibrada es impotente. A la mayoría de las personas les falta
fuerza de voluntad para tomar decisiones con prontitud y para mantenerlas con
firmeza una vez las han tomado.
La decisión puede prevenir la aceptación de
circunstancias no deseadas.
A través de la indecisión los seis temores
básicos se transforman en un estado de preocupación.
1.- Suprime el temor a la muerte tomando la
decisión de aceptarla como un acontecimiento inevitable.
2.- Elimina el temor a la pobreza adoptando la
decisión de conseguir todas aquellas riquezas que puedas acumular sin
preocupación.
3.- Elimina el temor a la crítica decidiendo no
preocuparte por lo que la gente piense, haga o diga.
4.- Elimina el temor a la vejez tomando la
decisión de aceptarla no como un obstáculo sino como una gran bendición que
lleva consigo la sabiduría, el autocontrol y la comprensión.
5.- Elimina el temor a la enfermedad tomando la
decisión de olvidarse de los síntomas.
6.- Elimina el temor a la pérdida del amor
tomando la decisión de salir adelante sin amor si esto llegara a ser necesario.
Mata la costumbre de la preocupación en todas
sus formas tomando la decisión general de que no hay nada en la vida por lo que
valga la pena preocuparse. Con esta decisión alcanzaras serenidad, paz mental y
claridad de pensamiento, lo que te producirá felicidad.
Una persona con una mente llena de temor no
solo destruye todas sus posibilidades de acción inteligente sino que transmite
estas vibraciones destructivas a las mentes de todos aquellos que entran en
contacto con él.
Las personas que expresa los pensamientos
negativos o destructivos mediante las palabras pueden estar casi seguras de
experimentar los resultados de esas mismas palabras en forma de retrocesos
destructivos. La emisión de impulsos de pensamiento destructivo también producen
por si solos, sin ayuda de las palabras, un retroceso que se pone de
manifiesto. La persona que emite pensamientos de naturaleza destructiva tiene
que sufrir un grave daño como consecuencia del desmoronamiento de la facultad
de la imaginación creativa. La presencia de cualquier emoción destructiva en la
mente desarrolla una personalidad negativa que repele a los demás y que a
menudo los convierte en antagonistas. Esos impulsos de pensamiento negativo, no
solo son negativos para los demás, sino que impregnan el subconsciente de la
misma persona que los emite y terminan a llegar a formar parte de su propio
carácter.
Para conseguir el éxito debe encontrar la paz
mental, adquirir los materiales necesarios de la vida y alcanzar la felicidad.
Podemos controlar nuestra propia mente. Tenemos
poder para alimentarla con los pensamientos que queramos, por lo que se pueden
utilizar de forma constructiva. A través de nuestros pensamientos podemos
influir a nuestro propio ambiente.
SUSCEPTIBILIDAD A LAS INFLUENCIAS NEGATIVA
La susceptibilidad a las influencias negativas es
un estado mental que se encuentra más enraizado que los seis temores básicos.
Es difícil de dominar porque subyace en la subconsciencia.
Para protegernos de este mal, ya sea porque lo
generamos o por qué lo hacen las personas con las que nos rodeamos, debemos
hacer uso del poder de voluntad y utilizarlo constantemente hasta que logre
construir un muro de inmunidad en su propia mente sobre esas influencias
negativas. Tenemos que reconocer que por naturaleza somos perezosos, indiferentes
y susceptibles con todas las sugerencias que armonizan con nuestras
debilidades. Debemos reconocer igualmente que somos susceptibles a cada uno de
los seis temores básicos. Debemos construir hábitos que le permita
contrarrestar todos esos temores. Mantente alejado de personas que te reprimen,
deja de ser indulgente con las enfermedades imaginarias, busca compañía de
personas que influyan para que pienses y actúes por tu mismo. No esperes
problemas.
Tenemos costumbre de abrir nuestra mente a la
influencia negativa de otras personas. Muchos no nos damos cuenta que hemos
sido maldecidos con ella y no lo reconocen. Quién lo reconoce descuida el mal o
se niegan a corregirlo.
Cuestionario de autoanálisis:
Contestando con sinceridad el cuestionario de
abajo sabrás más de tu mismo que la mayoría de personas. Estudia las preguntas
con cuidado, vuelve a revisarlas una vez por semana durante varios meses, y
asómbrate de la cantidad de conocimiento adicional de gran valor que habrás
adquirido. Luego afronta los aspectos sobre ti mismo que quieres mejorar.
- ¿Se queja con
frecuencia porque se “siente mal”, y si es así, ¿cuál es la causa?
- ¿Ve defectos en otras
personas a la menor provocación?
- ¿Comete errores con
frecuencia en su trabajo, y si es así, por qué?
- ¿Es sarcástico y
ofensivo en su conversación?
- ¿Evita
deliberadamente la asociación con cualquier persona, y si es así, por qué?
- ¿Sufre de indigestión
con frecuencia? Si es así, ¿cuál es la causa?
- ¿La vida le parece
inútil y el futuro sin esperanza? Si es así, ¿por qué?
- ¿Le gusta su
profesión? Si no es así, ¿por qué?
- ¿Siente autocompasión
a menudo, y si es así, ¿por qué?
- ¿Es envidioso de los
que se destacan más que usted?
- A qué le dedica más
tiempo, ¿a pensar en el éxito o en el fracaso?
- ¿Está ganando o
perdiendo la confianza en usted mismo a medida que envejece?
- ¿Aprende algo valioso
de todos los errores?
- ¿Está permitiendo que
algún pariente o conocido lo preocupe? Si es así, ¿por qué?
- ¿A veces está “en las
nubes” y en otras ocasiones en el abismo de la desesperación?
- ¿Quién tiene la
influencia más inspiradora sobre usted? ¿Cuál es la causa?
- ¿Tolera las
influencias negativas o desalentadoras que podría evitar?
- ¿Ha descuidado su
aspecto personal? Si es así, ¿cuándo y por qué?
- ¿Ha aprendido a
“sofocar sus problemas” por estar demasiado ocupado como para ser
molestado por ellos?
- ¿Se llamaría a usted
mismo “debilucho” si permitiera que otros pensaran por usted?
- ¿Ha descuidado la
limpieza interior hasta que la autointoxicación lo hace irritable y de mal
humor?
- ¿Cuántos trastornos
prevenibles lo molestan, y por qué los tolera?
- ¿Recurre al licor, a
las drogas o al cigarrillo para “calmar los nervios”? Si es así, ¿por qué
no recurre más bien a la fuerza de voluntad?
- ¿Hay alguien que “lo
moleste”, y si es así, por qué razón?
- ¿Tiene un objetivo
principal y definido, y si es así, ¿cuál es, y qué plan tiene para
lograrlo?
- ¿Sufre de cualquiera
de los seis miedos básicos? Si es así, ¿de cuáles?
- ¿Tiene un método para
protegerse contra la influencia negativa de los demás?
- ¿Hace uso deliberado
de la autosugestión para tener una mente positiva?
- ¿Qué es lo que más
valora, sus posesiones materiales, o el privilegio de controlar sus
propios pensamientos?
- ¿Es fácilmente
influenciables por los demás en detrimento de su propio juicio?
- ¿Ha añadido hoy algo
de valor a su conjunto de conocimientos o estado de ánimo?
- ¿Confronta
directamente las circunstancias que lo hacen infeliz, o eluda la
responsabilidad?
- ¿Analiza todos sus
errores y fracasos y trata de sacar provecho de ellos o, toma la actitud
de que este no es su deber?
- ¿Puede nombrar tres
de sus debilidades más perjudiciales? ¿Qué está haciendo para corregirlas?
- ¿Anima a otras
personas a que le comenten sus preocupaciones?
- ¿Elige, a partir de
sus experiencias cotidianas, las lecciones o influencias que lo ayuden en
su desarrollo personal?
- ¿Su presencia tiene
una influencia negativa sobre otras personas por regla general?
- ¿Qué hábitos lo
molestan más de las personas?
- ¿Tiene sus propias
opiniones o permite ser influenciado por otras personas?
- ¿Ha aprendido a crear
un estado mental con el que puede protegerse contra todas las influencias
deprimentes?
- ¿Su ocupación lo
inspira con fe y esperanza?
- ¿Es consciente de
poseer las fuerzas espirituales para permitirle mantener la mente libre de
toda forma de miedo?
- ¿Su religión lo ayuda
a mantener una mente positiva?
- ¿Siente que es su
deber compartir las preocupaciones de otras personas? Si es así, ¿por qué?
- Si crees que “las
aves del mismo plumaje vuelan juntas” ¿qué ha aprendido sobre usted mismo
mediante el estudio de las amistades que atrae?
- ¿Qué relación, si hay
alguna, ve entre las personas con las que se relaciona más estrechamente y
cualquier infelicidad que pueda experimentar?
- ¿Podría ser posible
que alguna persona a quien considere un amigo sea en realidad su peor
enemigo, debido a la influencia negativa que ejerce en su mente?
- ¿Con qué parámetros
juzga quién es útil y quién es perjudicial para usted?
- ¿Sus asociados
íntimos son mentalmente superiores o inferiores a usted?
- ¿Cuánto tiempo de
cada veinticuatro horas dedica a:
a. su ocupación?
b. dormir?
c. jugar y descansar?
d. adquirir conocimientos útiles?
e. perder el tiempo?
- ¿Quién de sus
conocidos:
a. lo alienta más?
b. lo advierte más?
c. desalienta más?
d. lo ayuda más de otras maneras?
- ¿Cuál es su mayor
preocupación? ¿Por qué la tolera?
- Cuando otros le
ofrecen asesoramiento gratuito sin que se lo solicite, ¿lo acepta sin
cuestionar o analiza el motivo?
- ¿Cuál es, por encima
de todo, lo que más desea? ¿Tiene la intención de obtenerlo? ¿Está
dispuesto a subordinar todos los demás deseos por éste? ¿Cuánto tiempo al
día dedica a su adquisición?
- ¿Cambia de opinión
con frecuencia? Si es así, ¿por qué?
- ¿Suele terminar todo
lo que comienza?
- ¿Se impresiona fácilmente
con los asuntos, títulos profesionales, grados universitarios o riquezas
de otras personas?
- ¿Es fácilmente
influenciable por lo que otras personas piensan o dicen de usted?
- ¿Le presta atención a
las personas por su condición social o económica?
- ¿Quién cree que es la
persona más grande que existe? ¿En qué sentido es esta persona superior a
usted?
- ¿Cuánto tiempo ha
dedicado a estudiar y responder a estas preguntas? (Se necesita por lo
menos un día para el análisis y la contestación de la lista completa)."
No hay excusa para no conocerse bien a sí mismo, trabajar en nuestro carácter y lograr nuestro propósito.
Las personas que no alcanzan el éxito tienen un rasgo característico común. Conocen todas las razones que explican el fracaso y consideran todo tipo de justificaciones y coartadas para explicar su propia falta de logros.
Si fuera joven, si tuviera dinero, si tuviera formación, si los tiempos fueran mejores, si fuera guapo… excusas para justificar el fracaso.
Hay que tener el valor de verse a uno mismo como es en realidad y analizar nuestras debilidades para descubrir que podemos mejorar para alcanzar nuestro propósito. Debemos aprender de los errores propios y de los demás.