domingo, 3 de enero de 2016

Siete hábitos para no tener problemas de dinero

Infografia 7 hábitos para no tener problemas de dinero

La mayoría de personas no recibimos la recompensa justa por nuestro trabajo. Tras una vida dedicada al trabajo, mientras unos pocos tienen plena libertad financiera, la mayoría vive en un mundo de esclavos, donde su falta de libertad proviene de su carencia de dinero para poder vivir sin la necesidad de mantener su empleo. Para aliviar nuestra tristeza nos ponemos en el lugar de quienes no tienen nada, vivimos en una ilusión de seguridad, sin embargo, de quienes estamos muy lejos en realidad es de quienes son verdaderamente libres financieramente.

Cuando cumplimos los 50 años empezamos a focalizar nuestra atención en esperar nuestra deseada jubilación, tener pagadas nuestras hipotecas y comenzamos a planificar nuestras vidas para cuando por fin, seamos libres. Que vida más triste nos espera.

Hay multitud de caminos para obtener la libertad financiera. Ángel Alegre, describe en su blog cuatro estrategias clave:
1.- Centrarte en aumentar tus ingresos (Selling a business)
2.- Centrarse en reducir tus gastos (Extreme Saving)
3.- Centrarse en trabajar el menor tiempo posible (Passive Income)
4.- Centrarse en sentirte realizado (Unjobbing)

En este post muestro las claves aportadas por George S. Clason en su libro “El hombre mas rico de Babilonia” para adquirir, mantener y reproducir riqueza. El hombre más rico de Babilonia utiliza historias simples, que se dan en la antigua ciudad de Babilonia, donde hombres libres trabajan como esclavos en sus oficios inquietos por alcanzar prosperidad. A pesar de que fue publicado en 1926, sus ideas han resistido la prueba del tiempo y muchos de los conceptos siguen siendo muy relevante en el contexto actual.

El libro describe como las riquezas de Babilonia, reconocida como la ciudad mas poderosa de su región en su Siglo XVIII ac, fueron el resultado de la sabiduría de sus habitantes, que primero tuvieron que aprender la manera de hacerse ricos.

El autor relata que cuando el rey Sargón regresó a Babilonia después de una guerra se encontró ante una situación grave:
1-Tras varios años de gran prosperidad, periodo en el que se había construido grandes canales de riego y grandes templos para los dioses, en el momento que las obras se habían acabado, el pueblo no podía cubrir sus necesidades.
2- Los obreros se quedaron sin trabajo, los comerciantes no tenían clientes, los agricultores no podían vender sus productos, los ciudadanos no tenía dinero para comprar comida.
-¿Pero a dónde había ido todo el dinero gastado en infraestructuras? preguntó el rey.
- Habían ido a parar a manos de algunos pocos hombres muy ricos de la ciudad.
Había pasado por entre los dedos de la mayoría de los ciudadanos tan rápido como la leche pasa por el colador. En el momento que el oro deja de surtir, y las obras ya habían finalizado los ciudadanos vuelven a no tener nada.

-¿Por qué tan pocos hombres pudieron conseguir todo el oro? preguntó el rey.
-Porque saben cómo hacerlo. Pero, no se puede condenar a un hombre porque logra el éxito; tampoco se puede, en buena justicia, cogerle el dinero que ha ganado honradamente para dárselo a los que no han sido capaces de hacer otro tanto.

Entonces el Rey decidió que la solución era que el mayor número de ciudadanos aprendieran a generar riqueza de quienes la habían acumulado para garantizar la prosperidad de su ciudad.

Arkad, el hombre más rico de la ciudad,  enseño a su pueblo los siete hábitos para evitar tener problemas de dinero:

Primer hábito - Comienza ya a llenar tu cuenta
Todo el que desempeña una profesión tiene una fuente ingresos gracias a su esfuerzo. A partir de esa fuente que controlamos debemos comprometernos a ahorrar, como mínimo, una moneda de cada diez. Si todos los días ponemos 10 huevos en una cesta y únicamente cogemos 9 huevos al día, en unos días la cesta rebosará.

Incluso quien tiene una prestación, desempleo, subsidio, etc. de forma regular tiene una fuente de ingresos que le permite ir generando una bolsa de dinero.

Esta medida nos permitiría acomodar nuestros gastos a un presupuesto mas ajustado de manera que, cada nueve meses de trabajo nos podríamos permitir un mes sin ingresos, manteniendo nuestro nivel de vida.

La forma de ahorro que más éxito tiene es el preahorro por el que apartamos inmediatamente de nuestro presupuesto la cantidad que queremos ahorrar.

Segunda hábito - Controla tus gastos
Para ahorrar como mínimo el 10 % de nuestros ingresos debemos controlar nuestros gastos y reducirlos.

La mayoría de nosotros pensamos que no podemos reducir nuestros gastos y que no podemos ahorrar, sin embargo, cada uno de nosotros tenemos ingresos diferentes e igualmente no tenemos dinero. Los gastos que llamamos obligatorios siempre crecen en proporción a nuestros ingresos si no hacemos algo para evitarlo.
No debemos confundir nuestros gastos obligatorios con nuestros deseos, el deseo es insaciable y nadie tiene el dinero suficiente para cubrir deseos ilimitados. Tenemos que estudiar atentamente nuestros hábitos de vida, ajustar y/o eliminar los gastos de manera que consuman como máximo el 90 % de  nuestros ingresos.  Quien genera prosperidad económica aprecia al cien por cien el valor de cada euro que gasta e invierte. Por muy extravagantes e importantes que sean sus gastos los equilibran.

Cuando Amancio Ortega dona a caritas 20 millones de euros no pone en peligro la riqueza que ha generado.

El presupuesto del 90 % de nuestros ingresos debe permitir pagar los gastos que son inevitables y satisfacer los deseos aceptables, sin gastar más, pues si lo hacemos nos apartará realmente de nuestro objetivo de conseguir la libertad financiera.

Tercer hábito - Haz que tu dinero se multiplique
Supongamos que hemos acumulado una fortuna considerable. Que nos hemos disciplinado para reservar una décima parte de ganancias y que controlamos nuestros gastos para proteger nuestro tesoro. El dinero guardado dentro de una bolsa contenta al que lo posee y satisface el alma del avaro pero no produce nada. La parte de nuestras ganancias que conservemos no es más que el principio y lo que nos produzca después, es lo que amasará una fortuna. En este momento debemos enfocarnos en como invertir ese dinero ahorrado para que sea una  fuente de ingresos que siga produciendo, estéis trabajando o de viaje.

Si dejamos de gastar un euro al mes durante 20 años y lo invertimos bajo un interés del 3% (un valor modesto para descontar la inflación) nuestro capital final sería de 396 euros. El ahorro que obtendríamos es ese euro mensual por cada año que supone 240 euros, más 156 euros que corresponde a los intereses compuestos de invertir cada euro mensualmente.

Si ganamos 12.000 euros netos anuales, ahorramos 100 euros mensuales durante 20 años y los invertimos a este interés del 3%, nuestro capital final será de 39.679 euros. 24.000 euros corresponden al ahorro y 15.679 euros a los intereses del ahorro. Como nuestro presupuesto para vivir ahora son 11.700 euros los intereses nos darían para vivir un año sin ingresos.

Si ganamos 12.000 euros netos anuales, ahorramos 400 euros mensuales durante 20 años (40%) y los invertimos a este interés del 3%, nuestro capital final será de 158.716 euros. Como nuestro presupuesto para vivir se ha reducido a los 7.200 euros anuales nos permitiría mantener durante 20 años ese nivel de vida sin ingresos adicionales.


Cuarto hábito – Protege tus tesoros de cualquier perdida
Quien posee dinero se ve tentado en muchas ocasiones a invertir en cualquier proyecto atractivo. Muchos te intentarán persuadir a que inviertas en sus proyectos. El primer principio de la inversión consiste en asegurar el capital. No nos podemos cegar por las grandes ganancias si se corre el riesgo de perder el capital. Deberemos estudiar minuciosamente el riesgo antes de invertir lo que tanto nos ha costado ahorrar y hay que asegurarse de poder reclamarlo con toda seguridad. No confiaremos el dinero a alguien que se aventura en un negocio sin dominarlo. No podemos fiarnos demasiado en nuestra inteligencia, y mas cuando no seamos expertos en la inversión que vayamos a realizar, es mejor seguir el consejo de los expertos. Igualmente, no debemos fiarnos de aquellos expertos que vayan a sacar provecho de nuestra inversión. Deberemos proteger nuestro capital de las pérdidas e invertir solamente donde el capital esté seguro y donde se pueda reclamar o retirar cuando lo deseemos y nunca deberemos permitir el recibir un interés que no sea conveniente. Debemos pedir consejo a aquellos que tienen experiencia en la gestión rentable de la inversión.

Actualmente, tenemos muy reciente el caso de la venta a minoristas de participaciones preferentes en España durante la crisis financiera por la necesidad que tenían los bancos de aumentar sus fondos propios es de manual. En plena crisis financiera se hizo la campaña masiva de venta de las participaciones preferentes, un producto de riesgo alto, dando entender que se trataban de depósitos garantizados remunerándolos con elevados intereses. Cientos de miles de pequeños ahorradores perdieron sus ahorros. Aquellos que adquirieron los pagarés de Nueva Rumasa del grupo de Ruiz Mateos a 50.000 euros el pagaré, poniéndose a la cola de lista de acreedores, es otro ejemplo de mala inversión. Haber adquirido una nave industrial por 300.000 euros con contrato de compraventa en 2006 y en 2008 escriturarla, por que sí, cuando la crisis de la burbuja inmobiliaria ya había pinchado, creyendo que los bienes inmuebles nunca bajan de valor, es otra mala decisión de inversión.


Quinto hábito - Haz de tu propiedad una inversión rentable
Si somos capaces de ahorrar el 10% de nuestros ingresos y con el 90% de lo que ingresamos somos capaces de ser propietarios de nuestra vivienda, sin estar hipotecados, entonces nuestros ahorros crecerán con mayor rapidez.

Entre un 20% de nuestros ahorros son dedicados a hipotecas o al alquiler de la vivienda, si somos capaces de invertir acertadamente en nuestra vivienda de manera que se revalorice su valor, si no tenemos que destinar mas ahorros para este fin, tendremos mayor libertad financiera y dinero disponible para invertirlo.


Sexto hábito - Asegura ingresos para el futuro
Se debe prever unos ingresos adecuados para nuestra vejez y preparar a nuestra familia para el tiempo en que ya no estemos con ellos para satisfacer sus necesidades. Deberíamos planificar ingresos futuros. Deberíamos asegurarnos de que en caso de producirse una  catástrofe no corra peligro nuestro capital acumulado.

Una catástrofe no sería no haber asegurado un teléfono móvil de 600 por 30 euros al año para prevenir el riesgo de que se nos caiga y se rompa. Aunque es un suceso probable, su perdida únicamente representaría el coste correspondiente a la amortización, sobre un  1,36 % de los ingresos de una persona que gane 1.000 euros al mes. Sin embargo, si que sería para la mayoría una catástrofe, que se origine un incendio en nuestra única vivienda, perder la vivienda, su contenido y tener que pagar a la comunidad y/o vecinos por daños y perjuicios producidos por el incendio, sin tener contratado un buen seguro.

Séptimo hábito - Aumenta tu capacidad de ganar dinero
Debemos fijarnos en conseguir pequeños deseos bien definidos, esto nos llevará a fijarnos en otros más grandes. Se empieza con el objetivo de conseguir pequeñas cantidades y luego se pasa a cantidades más importantes. De este modo adquirimos la habilidad de ver oportunidades con las que generar mayores ingresos.
-         Debemos progresar y tomar acción.
-         Debemos pagar nuestras deudas lo más rápidamente posible.
-         No debemos comprar cosas que no podemos o queremos pagar.
-         Debemos atender a las necesidades familiares.
-         Debemos hacer testamento para que nuestros bienes sean repartidos justa y equitativamente.
-         Debemos ser compasivos con los enfermos y desafortunados.

En definitiva, la séptima y última manera de hacer fortuna consiste en cultivar las facultades intelectuales, estudiar e instruirse, actuar respetándose a sí mismo. De este modo adquiriremos suficiente confianza en nosotros mismos para realizar nuestros sueños.

Estos siete hábitos, a pesar de ser evidentes y parecer simplones, hoy en día todavía permanecen en nuestro pensamiento colectivo. Claro que hay multitud de formas de tener fortuna pero en la mayoría de ocasiones asumimos grandes riesgos. 

Estos siete hábitos muestran la importancia de adquirir fortuna y de mantenerla.

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