Infografia 7 hábitos para no tener problemas de dinero |
Cuando
cumplimos los 50 años empezamos a focalizar nuestra atención en esperar nuestra
deseada jubilación, tener pagadas nuestras hipotecas y comenzamos a planificar
nuestras vidas para cuando por fin, seamos libres. Que vida más triste nos
espera.
Hay
multitud de caminos para obtener la libertad financiera. Ángel Alegre, describe
en su blog cuatro estrategias clave:
1.- Centrarte en aumentar tus ingresos (Selling a
business)
2.- Centrarse en reducir tus gastos (Extreme
Saving)
3.- Centrarse en trabajar el menor tiempo posible
(Passive Income)
4.- Centrarse en sentirte realizado (Unjobbing)
En
este post muestro las claves aportadas por George S. Clason en su libro “El
hombre mas rico de Babilonia” para adquirir, mantener y reproducir riqueza. El
hombre más rico de Babilonia utiliza historias simples, que se dan en la
antigua ciudad de Babilonia, donde hombres libres trabajan como esclavos en sus oficios inquietos por alcanzar prosperidad. A pesar de que fue publicado en 1926, sus ideas han
resistido la prueba del tiempo y muchos de los conceptos siguen siendo muy
relevante en el contexto actual.
El
libro describe como las riquezas
de Babilonia, reconocida como la ciudad mas poderosa de su región en su Siglo
XVIII ac, fueron el resultado de la sabiduría de sus habitantes, que primero
tuvieron que aprender la manera de hacerse ricos.
El autor relata que cuando el rey Sargón regresó
a Babilonia después de una guerra se encontró ante una situación grave:
1-Tras varios años de gran prosperidad, periodo
en el que se había construido grandes canales de riego y grandes templos para
los dioses, en el momento que las obras se habían acabado, el pueblo no podía
cubrir sus necesidades.
2- Los obreros se quedaron sin trabajo, los comerciantes no tenían clientes, los agricultores no podían vender sus productos, los ciudadanos no tenía dinero para comprar comida.
-¿Pero a dónde había ido todo el dinero gastado en infraestructuras? preguntó el rey.
- Habían ido a parar a manos de algunos pocos hombres muy ricos de la ciudad.
Había pasado por entre los dedos de la mayoría de los ciudadanos tan rápido como la leche pasa por el colador. En el momento que el oro deja de surtir, y las obras ya habían finalizado los ciudadanos vuelven a no tener nada.
2- Los obreros se quedaron sin trabajo, los comerciantes no tenían clientes, los agricultores no podían vender sus productos, los ciudadanos no tenía dinero para comprar comida.
-¿Pero a dónde había ido todo el dinero gastado en infraestructuras? preguntó el rey.
- Habían ido a parar a manos de algunos pocos hombres muy ricos de la ciudad.
Había pasado por entre los dedos de la mayoría de los ciudadanos tan rápido como la leche pasa por el colador. En el momento que el oro deja de surtir, y las obras ya habían finalizado los ciudadanos vuelven a no tener nada.
-¿Por qué tan pocos hombres pudieron
conseguir todo el oro? preguntó el rey.
-Porque saben cómo hacerlo. Pero, no se puede condenar a un hombre porque logra el éxito; tampoco se puede, en buena justicia, cogerle el dinero que ha ganado honradamente para dárselo a los que no han sido capaces de hacer otro tanto.
-Porque saben cómo hacerlo. Pero, no se puede condenar a un hombre porque logra el éxito; tampoco se puede, en buena justicia, cogerle el dinero que ha ganado honradamente para dárselo a los que no han sido capaces de hacer otro tanto.
Entonces el Rey decidió que la solución era que el mayor número
de ciudadanos aprendieran a generar riqueza de quienes la habían acumulado para
garantizar la prosperidad de su ciudad.
Arkad, el hombre más rico de la ciudad, enseño a su pueblo los siete hábitos para evitar tener problemas de dinero:
Todo
el que desempeña una profesión tiene una fuente ingresos gracias a su esfuerzo. A partir de esa fuente que controlamos
debemos comprometernos a ahorrar, como mínimo, una moneda de cada diez. Si
todos los días ponemos 10 huevos en una cesta y únicamente cogemos 9 huevos al
día, en unos días la cesta rebosará.
Incluso
quien tiene una prestación, desempleo, subsidio, etc. de forma regular tiene
una fuente de ingresos que le permite ir generando una bolsa de dinero.
Esta
medida nos permitiría acomodar nuestros gastos a un presupuesto mas ajustado de
manera que, cada nueve meses de trabajo nos podríamos permitir un mes sin
ingresos, manteniendo nuestro nivel de vida.
La
forma de ahorro que más éxito tiene es el preahorro por el que apartamos inmediatamente
de nuestro presupuesto la cantidad que queremos ahorrar.
Para ahorrar como mínimo el 10 % de nuestros
ingresos debemos controlar nuestros gastos y reducirlos.
La mayoría de nosotros pensamos que no podemos
reducir nuestros gastos y que no podemos ahorrar, sin embargo, cada uno de
nosotros tenemos ingresos diferentes e igualmente no tenemos dinero. Los gastos
que llamamos obligatorios siempre crecen en proporción a nuestros ingresos si
no hacemos algo para evitarlo.
No debemos confundir nuestros gastos obligatorios con nuestros deseos, el deseo es insaciable y nadie tiene el dinero suficiente para cubrir deseos ilimitados. Tenemos que estudiar atentamente nuestros hábitos de vida, ajustar y/o eliminar los gastos de manera que consuman como máximo el 90 % de nuestros ingresos. Quien genera prosperidad económica aprecia al cien por cien el valor de cada euro que gasta e invierte. Por muy extravagantes e importantes que sean sus gastos los equilibran.
No debemos confundir nuestros gastos obligatorios con nuestros deseos, el deseo es insaciable y nadie tiene el dinero suficiente para cubrir deseos ilimitados. Tenemos que estudiar atentamente nuestros hábitos de vida, ajustar y/o eliminar los gastos de manera que consuman como máximo el 90 % de nuestros ingresos. Quien genera prosperidad económica aprecia al cien por cien el valor de cada euro que gasta e invierte. Por muy extravagantes e importantes que sean sus gastos los equilibran.
Cuando Amancio Ortega dona a caritas 20
millones de euros no pone en peligro la riqueza que ha generado.
El presupuesto del 90 % de nuestros ingresos
debe permitir pagar los gastos que son inevitables y satisfacer los deseos
aceptables, sin gastar más, pues si lo hacemos nos apartará realmente de
nuestro objetivo de conseguir la libertad financiera.
Supongamos que hemos acumulado una fortuna
considerable. Que nos hemos disciplinado para reservar una décima parte de
ganancias y que controlamos nuestros gastos para proteger nuestro tesoro. El
dinero guardado dentro de una bolsa contenta al que lo posee y satisface el
alma del avaro pero no produce nada. La parte de nuestras ganancias que
conservemos no es más que el principio y lo que nos produzca después, es lo que
amasará una fortuna. En este momento debemos enfocarnos en como invertir ese
dinero ahorrado para que sea una fuente
de ingresos que siga produciendo, estéis trabajando o de viaje.
Si dejamos de gastar un euro al mes durante
20 años y lo invertimos bajo un interés del 3% (un valor modesto para descontar
la inflación) nuestro capital final sería de 396 euros. El ahorro que
obtendríamos es ese euro mensual por cada año que supone 240 euros, más 156 euros
que corresponde a los intereses compuestos de invertir cada euro mensualmente.
Si ganamos 12.000 euros netos anuales,
ahorramos 100 euros mensuales durante 20 años y los invertimos a este interés
del 3%, nuestro capital final será de 39.679 euros. 24.000 euros corresponden
al ahorro y 15.679 euros a los intereses del ahorro. Como nuestro presupuesto
para vivir ahora son 11.700 euros los intereses nos darían para vivir un año
sin ingresos.
Si ganamos 12.000 euros netos anuales,
ahorramos 400 euros mensuales durante 20 años (40%) y los invertimos a este
interés del 3%, nuestro capital final será de 158.716 euros. Como nuestro
presupuesto para vivir se ha reducido a los 7.200 euros anuales nos permitiría
mantener durante 20 años ese nivel de vida sin ingresos adicionales.
Quien posee
dinero se ve tentado en muchas ocasiones a invertir en cualquier proyecto
atractivo. Muchos te intentarán persuadir a que inviertas en sus proyectos. El
primer principio de la inversión consiste en asegurar el capital. No nos
podemos cegar por las grandes ganancias si se corre el riesgo de perder el
capital. Deberemos estudiar minuciosamente el riesgo antes de invertir lo que
tanto nos ha costado ahorrar y hay que asegurarse de poder reclamarlo con toda
seguridad. No confiaremos el dinero a alguien que se aventura en un negocio sin
dominarlo. No podemos fiarnos demasiado en nuestra inteligencia, y mas cuando
no seamos expertos en la inversión que vayamos a realizar, es mejor seguir el
consejo de los expertos. Igualmente, no debemos fiarnos de aquellos expertos
que vayan a sacar provecho de nuestra inversión. Deberemos proteger nuestro
capital de las pérdidas e invertir solamente donde el capital esté seguro y donde
se pueda reclamar o retirar cuando lo deseemos y nunca deberemos permitir el recibir
un interés que no sea conveniente. Debemos pedir consejo a aquellos que tienen experiencia
en la gestión rentable de la inversión.
Actualmente,
tenemos muy reciente el caso de la venta a minoristas de participaciones
preferentes en España durante la crisis financiera por la necesidad que tenían
los bancos de aumentar sus fondos propios es de manual. En plena crisis
financiera se hizo la campaña masiva de venta de las participaciones
preferentes, un producto de riesgo alto, dando entender que se trataban de depósitos
garantizados remunerándolos con elevados intereses. Cientos de miles de
pequeños ahorradores perdieron sus ahorros. Aquellos que adquirieron los pagarés
de Nueva Rumasa del grupo de Ruiz Mateos a 50.000 euros el pagaré, poniéndose a
la cola de lista de acreedores, es otro ejemplo de mala inversión. Haber adquirido
una nave industrial por 300.000 euros con contrato de compraventa en 2006 y en
2008 escriturarla, por que sí, cuando la crisis de la burbuja inmobiliaria ya
había pinchado, creyendo que los bienes inmuebles nunca bajan de valor, es otra
mala decisión de inversión.
Si somos capaces de ahorrar el 10% de
nuestros ingresos y con el 90% de lo que ingresamos somos capaces de ser
propietarios de nuestra vivienda, sin estar hipotecados, entonces nuestros
ahorros crecerán con mayor rapidez.
Entre un 20% de nuestros ahorros son
dedicados a hipotecas o al alquiler de la vivienda, si somos capaces de
invertir acertadamente en nuestra vivienda de manera que se revalorice su valor,
si no tenemos que destinar mas ahorros para este fin, tendremos mayor libertad
financiera y dinero disponible para invertirlo.
Se debe prever unos ingresos adecuados para
nuestra vejez y preparar a nuestra familia para el tiempo en que ya no estemos
con ellos para satisfacer sus necesidades. Deberíamos planificar ingresos futuros.
Deberíamos asegurarnos de que en caso de producirse una catástrofe no corra peligro nuestro capital
acumulado.
Una catástrofe no sería no haber asegurado un
teléfono móvil de 600 por 30 euros al año para prevenir el riesgo de que se nos
caiga y se rompa. Aunque es un suceso probable, su perdida únicamente
representaría el coste correspondiente a la amortización, sobre un 1,36 % de los ingresos de una persona que gane 1.000 euros al mes. Sin embargo, si
que sería para la mayoría una catástrofe, que se origine un incendio en nuestra
única vivienda, perder la vivienda, su contenido y tener que pagar a la
comunidad y/o vecinos por daños y perjuicios producidos por el incendio, sin tener contratado un buen seguro.
Debemos fijarnos en conseguir pequeños deseos bien definidos,
esto nos llevará a fijarnos en otros más grandes. Se empieza con el objetivo de
conseguir pequeñas cantidades y luego se pasa a cantidades más importantes. De
este modo adquirimos la habilidad de ver oportunidades con las que generar
mayores ingresos.
-
Debemos
progresar y tomar acción.
-
Debemos
pagar nuestras deudas lo más rápidamente posible.
-
No
debemos comprar cosas que no podemos o queremos pagar.
-
Debemos
atender a las necesidades familiares.
-
Debemos
hacer testamento para que nuestros bienes sean repartidos justa y
equitativamente.
-
Debemos
ser compasivos con los enfermos y desafortunados.
En definitiva, la séptima y última manera de hacer fortuna
consiste en cultivar las facultades intelectuales, estudiar e instruirse,
actuar respetándose a sí mismo. De este modo adquiriremos suficiente confianza
en nosotros mismos para realizar nuestros sueños.
Estos siete hábitos muestran la importancia de adquirir fortuna y de mantenerla.
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