Vivimos
en una cultura en la que creemos que lo que hacemos lo hacemos de forma consciente.
Sin embargo, la mayoría de lo que hacemos y que mejor sabemos hacer, lo hacemos de
forma inconsciente.
La
visión tradicional es que el aprendizaje de una habilidad o una destreza se divide en cuatro etapas.
Las
cuatro etapas del aprendizaje se pueden dividir en:
1.- Inconsciente
incompetencia: No solo no sabemos como hacer algo, además no sabemos que no
sabemos hacerlo. Si nunca has conducido un coche tampoco sabes a que se parece
conducir un coche.
En
esta etapa comienzas a aprender y pronto descubres tus limitaciones. Estas
atento a cada uno de los instrumentos aprendidos por separado en su contexto.
2.- Consciente
incompetencia: Es la etapa en que comienzas a ser consciente de que estas
aprendiendo pero no controlas con habilidad la materia que aprendes. Aunque en
esta etapa no te encuentras confortable, lo que aprendes en esta etapa es lo más importante para dominar con pericia la tarea. Aprendes los conceptos y la utilización de instrumentos y la relación causa efecto en el uso de forma individual y combinada de cada uno de ellos.
3.- Consciente
competencia: En esta etapa del aprendizaje controlas lo que has aprendido pero
requiere concentración y plena atención ejecutar la tarea aprendida. En esta
etapa has aprendido a ejecutar aunque toda vía no la dominas. Usas los instrumentos y conceptos aprendidos para adquirir destreza en su uso.
4.- Inconsciente
competencia: En esta etapa todo lo aprendido en las tres etapas anteriores las
fusionas en una unidad de comportamiento. Entonces tu mente consciente se fija o
da la orden de realizar la tarea y deja al inconsciente el mando para que lleve
a cabo la tarea, liberando capacidad de atención para otras tareas. En este
punto tu habilidad se ha vuelto inconsciente, entras en el modo de piloto automático.
Cuando somos adultos, y creemos que ya lo hemos aprendido todo, resulta que estamos la mayor parte del tiempo en este estado inconsciente de competencia y de piloto automático, donde dejamos al inconsciente que lo haga todo y dejamos a nuestra mente libre para que se martirice con sus pensamientos redundantes.
Durante todo este proceso de aprendizaje descrito, nuestros sentidos no han tenido en cuenta toda la información importante para realizar la tarea y ha automatizado, en la etapa de inconsciente competencia, hábitos poco eficaces o eficientes para realizar la tarea. Por lo que sería mas interesante, para mejorar nuestra competencia, volver a la etapa de consciente incompetencia, curiosear y descubrir nuevas formas para llevar a cabo la tarea, desaprender los hábitos que teníamos adquiridos y aprender unos nuevos en aras de adquirir maestría.
Cuando somos adultos, y creemos que ya lo hemos aprendido todo, resulta que estamos la mayor parte del tiempo en este estado inconsciente de competencia y de piloto automático, donde dejamos al inconsciente que lo haga todo y dejamos a nuestra mente libre para que se martirice con sus pensamientos redundantes.
Durante todo este proceso de aprendizaje descrito, nuestros sentidos no han tenido en cuenta toda la información importante para realizar la tarea y ha automatizado, en la etapa de inconsciente competencia, hábitos poco eficaces o eficientes para realizar la tarea. Por lo que sería mas interesante, para mejorar nuestra competencia, volver a la etapa de consciente incompetencia, curiosear y descubrir nuevas formas para llevar a cabo la tarea, desaprender los hábitos que teníamos adquiridos y aprender unos nuevos en aras de adquirir maestría.
Volver
a posicionarte en la etapa de conciencia de incompetencia genera una situación
de disconfort en la que te encuentras torpe con otras maneras y opciones de
hacer lo mismo, pero que es vital para mejorar la competencia. Un ejemplo, sobre la importancia a reaprender se puede observar del caso de Dick Fosbury en el
salto de altura. En los juegos olímpicos de 1968 dejo a todos boquiabiertos al
ser el primer atleta en saltar hacia atrás en unos juegos olímpicos. Dick
Fosbury aprendió primero a saltar hacia delante, como le habían enseñado, sin
embargo, veía muy exigentes y difíciles las técnicas de salto hacia delante (rodillo ventral, el rodillo occidental o
el estilo tijera), entonces regresó una etapa de
aprendizaje consciente de incompetencia y desarrolló una nueva técnica que finalmente
le proporcionó mas opciones, el salto hacia atrás, con el que ganó los juegos olímpicos
en 1968. Hoy
en día todos los atletas de alta competición emplean la técnica de salto hacia
atrás.
“Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo” Albert Einstein
“Si
siempre haces lo mismo, conseguirás lo que siempre has conseguido”
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